Dicen que en el Rastro madrileño hay un restaurante que ha sabido conservar todo el sabor de una antigua rotativa de hace 100 años, un palacete de 1913 , al que han llamado El Imparcial. Teniendo en cuenta, por lo que he podido leer que entre 1867 y 1933 existió un periódico homónimo, sospecho que quizá esta fuera su sede, pero si alguien puede confirmármelo, mejor que mejor. De las distintas salas y zonas de este establecimiento, tengo que confesar que lo que más me ha llamado la atención es la arriesgada apuesta de dejar a la vista las paredes sin lucir, incluyendo las nuevas rozas que han hecho para sacar los apliques a media altura. Es como ver un cuadro temporal del edificio. Claro que han sabido acompañar esas paredes por telas y materiales de primera que solo hacen que realzar el resultado final. Otra dirección a tener en cuenta para una próxima visita a la capital…
Fotos: Lucía M. Photo y revista AD